Sabes que este viejo corazón
cansado de luchar repela cualquier acción
no discute, no analiza, es tajante, no vacila
para enfrentar cualquier situación.
Hoy comprendo que fui terco
mis impulsos, mis defectos
fui muy duro, eso es cierto
pero teniendo toda mi razón.
Te escuché y comprendí
que como imagine cuando te conocí,
mi niña malcriada, sin maldad en sus pensamientos
con locuras desenfrenadas.
Sin pensar, cuánto costaría no actuar urgente,
posponer su cita faltar a su palabra para mi divina
la que necesitaba aunque fuera en una esquina
de un pedazo de papel.
Estoy bien no te preocupes
te sigo queriendo, te sigo admirando
nada ha cambiado por gracias, por bien.
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