¿Sabes qué?

Eres mi alegría de vivir,
el sueño que será compartido,
el deseo que será concebido,
la esperanza de un futuro.

El desenfreno de lo oculto,
mi razón de ser,
la palabra positiva,
la sonrisa a la medida.

Eres el todo:
Lo mucho, lo poco, lo que añoro
lo que deseo e imploro
cada día, cada noche.

Cuando te hablo,
cuando te siento, cuando te pienso,
cuando como, cuando duermo,
estás en ellos, en mis sueños.

¿Sabes qué?
Eres la locura,
aquella que me desata,
el sentimiento hecho palabra.

Eres una lágrima que provocas,
cuando el estrés me arrebata,
por sentirte, por amarte,
por vivirte a cada instante.

Sabes… ¡sí lo sabes!
Sabes todo lo que te ata,
lo que te lleva y te arrebata,
lo que estoy sintiendo y a tu alma mata.

Sabes cuánto estoy sufriendo
porque tú lo estás viviendo,
en la espera, en la distancia
donde del olvido no se cuenta nada.

Es tan fuerte. Es tan vivo este amor
al que le hemos dado abrigo,
que muy pronto se desencadenará:
¡cuando yo esté junto contigo!